En la actualidad donde muchas personas se ganan la vida siendo influencers, influenciando un estilo de vida, mostrando ciertas preferencias o gustos, buscando que la gente les siga, consiguen miles y miles de seguidores, pero lastimosamente no siempre estos son un buen ejemplo.
Cuando somos hijos queremos imitar a nuestros padres y cuando nos toca ser padres nos convertimos en el ejemplo para nuestros hijos, y de esto último nos damos cuenta después de ver nuestros comportamientos reflejados en ellos. Hay días que actuamos como si nadie nos estuviese observando.
¿Y si elegimos correctamente a quién imitar? Como a Yeshúa con ejemplos de obediencia, de amor, de fe, de servicio, de mansedumbre, de paciencia, de sabiduría, de misericordia, de entrega. Todos necesitan y buscan modelos a quienes seguir.
….”porque también Cristo padeció por nosotros dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas”…
1 Pedro 2:21( RVR1960)
Quizás ésta sociedad le da mucha importancia a hacer, pero no a ser. Yeshúa nos muestra un camino donde siguiendo sus pisadas, llegamos a ser como Él.
Poco a poco nos damos cuenta que haciendo seremos…con el tiempo, que todo es una práctica, mediante la obediencia.
La razón más importante por la que las personas deberían hacer lo que hacen, tendría que ser por la obediencia… y el amor. Yeshua mismo, padeció por amor a nosotros, sabiendo que era observado, imitado, admirado, habiendo quedado como el ejemplo más puro para que lo sigamos.
Él pagó un precio. Ser ejemplo para otros también conlleva un precio para nosotros los que queremos ser como Yeshúa. Un precio por amor a los que nos lleguen a imitar después, especialmente nuestros hijos. ¿Somos buena influencia para otros? ¿Transmitimos algo bueno que los demás pueden imitar?
En este camino, podemos empezar imitando a Yeshúa. Él es nuestro principal modelo.
-HANNA IRRAZÁBAL
